lunes, 19 de julio de 2010

Los diamantes nunca mueren


No sé si por nostálgica, pero de vez en cuando tengo que volver a hablar de los clásicos.
Y la frase “el amor se va, los diamantes son para siempre” está llena de sabiduría.





Con éstas dos premisas podemos empezar a hablar de los diamantes, de Hollywood y de matrimonios, “el triángulo de las bermudas” (conocido también como “el triángulo del Diablo).

Si hablamos de – mis – favoritos, tengo que rendirme a la evidencia: Harry Winston.
Creo que los diamantes de Harry Winston son “los diamantes”: clásicos, sofisticados y eternos.

"Contigo muero y sin ti porque te quiero"

Pero si hablamos de la relación que existe entre los diamantes y los amores malditos, hablaremos de Elizabeth Taylor y Richard Burton.

Del señor Burton se podrán decir muchas cosas, excepto que fue un tacaño.
El anillo de compromiso que le regaló a Elizabeth Taylor es el más caro de la historia, pagando varios cientos de miles de dólares por un diamante de corte esmeralda.

Pero no sólo de diamantes va la cosa, porque las piedras favoritas de la bella londinense eran las esmeraldas, y Burton que sellaba cada capítulo de la relación con alguna joya, le obsequió con varias de esas fascinantes piedras verdes.



Aunque de la maravillosa colección privada de joyas que tiene Elizabeth Taylor, lo más destacable es un gran diamante, directamente proporcional a la tormentosa relación que tuvo con Richard, que recibió el nombre de “diamante Taylor Burton”.

Como en todo, hay una excepción, y es justamente Elizabeth Taylor la que rebate que los diamantes sean para siempre, y no precisamente por su mala calidad, sino porque subastó el pedrusco Taylor-Burton en una de esas que tuvo con Richard Burton.

Se desconoce su paradero actual, aunque se cree que está en Arabia.

“La pasión desbordada”

No tan hollywoodiense, pero sí novelesco fue el romance trágico que el griego Aristóteles Onassis y la neoyorquina Maria Callas vivieron al borde del abismo.
El millonario tenía la bonita costumbre de agasajar a las mujeres con piezas de joyería, como los rubíes que regaló a la Reina Sofía como presente por sus nupcias.

Y si algo le gustaba a Maria Callas eran las joyas exuberantes.








Sobre Maria, sólo se puede decir, citando a Kurt Pahlen que “…su canto asemeja una herida abierta, que sangra entregando sus fuerzas vitales…como si ella fuese la memoria del dolor del mundo…”.

Y así eran sus joyas, dramáticas como ella.

Onassis, que era un experto en gemas preciosas, fue también un tipo sin escrúpulos… algún día hablaré más profundamente de la historia de Maria y Aristóteles, que me encanta.

Maria se abandonaba a los impulsos en todas las facetas, y mezclaba las joyas auténticas con la bisutería, aunque Visconti la convenció de no lo hiciera.

Curiosamente no tan famosas son las joyas que Aristóteles regalaba a su amada Maria como las que regaló a Jacqueline Bouvier, valoradas en varios millones de dólares.

Una de las anécdotas es el ya conocido ramo de flores con un brazalete de Harry Winston que Ari regaló a Jackie.

¿La más famosa? Un anillo de compromiso de diamantes que el armador regaló a la viuda de América.










Continuaré

5 comentarios:

Alphonse Doré et Noir dijo...

Si, la Calas mandaba hacer joyas falsas para lucirlas en el escenario y tenía la costumbre de usarlas fuera tambien.

Pero yo creo, que hoy en día, los diamantes no se aprecian tanto como antes. Ahora son más un artículo de lujo más, como un vestido o un ferrari, que un DIAMANTE. Así, con mayusculas.

M. dijo...

Ahora que lo dices es cierto que el diamante como gema está un poco olvidado.

Por su estatus sigue calando mucho entre los pudientes, eso sí.

Ald0rad0 dijo...

Hola, M. Gracias por pasarte por mi blog.

Creo que el arte de tallar un diamante con formas caprichosas se está perdiendo. Me gustaría volver esos diamantes con formas extravagantes. Pero también usar un collar de diamantes es peligroso hoy en día.

Besos!

M. dijo...

Gracias a ti por pasarte por el mío ;)

Siempre fue peligroso pero supongo que depende del círculo por donde te muevas, ¿no?

Un saludo,

anotherwomanbyrose dijo...

que pasada de anillo! una locura!

xoxo

rose