jueves, 23 de septiembre de 2010

Retomando las riendas


Casi puedo oír el tic-tac del pasar del tiempo y sé que debería regar las tierras del blog que se secan sin prisa pero sin pausa.

Lamento no tener éste mes (ni parte del próximo) el tiempo mínimo para fraguar una entrada con suficiente calidad para inaugurar la temporada y dedicarme a desmigajar cada desfile de última hora. Pero estas son mis circunstancias por ahora.

Casi puedo prometer sin miedo, que en octubre hablaré de lo mejor y lo peor de éste mes de desfiles. Rompiendo con la costumbre general de hacerlo cuando toca y saturar al personal, he preferido tomármelo de un modo diferente a los demás y hacer con más tiempo y reflexión. Es otra opción, a lo mejor también tiene sus ventajas.

En ésta ocasión aprovecharé la entrada para decir cuatro cosas sobre la gloriosa Linda Evangelista. Y si es que hay un adjetivo que la englobe, el de gloriosa es el único.

No es de mis favoritas, al menos nunca lo ha sido. Antes hasta me resultaba innecesaria pero creo que en épocas de sequía como que se valoran mucho más las cosas, y modelos como ella creo yo que pocas.

Concretamente modelos como ella ninguna, es una mujer que no tiene mesura y se pasa o no llega. Y cuando se pasa es genial, ni falta hace decirlo.

Es exuberante, voraz, de un histrionismo que roza la excelencia. Es un histrionismo fantástico. Tiene gula de captar cada instante de atención, cada milímetro de una fotografía, de expandirse como el fuego.

Es una de las divinas de la moda, un olimpo grande pero selecto, y ella es probablemente la ególatra de ese club.

Destila hedonismo en las fotos y eso es algo que me llena mucho.

Dicho esto, a ver si pronto nos vemos. Por cierto, ¿alguien ha visto la colección de Tom Ford para mujer?

¡Hasta pronto!